miércoles, 9 de marzo de 2016

Escena Mítica Nº7

Con motivo del 20º Aniversario de Pokemon, en Crítico de Animación hemos decidido realizar una serie de entradas dedicadas a este maravilloso mundo que desde bien pequeños tanto mi compañero Jc como yo hemos mamado. En estos días venideros tenemos previsto realizar un TOP10, el análisis de la primera película de Pokemon, un AnimaGames correspondiente al primer videojuego de la saga y esta Escena Mítica.


Podríamos coger escenas de la serie, hay para elegir y muy buenas; podríamos escoger algún momento épico del primer videojuego; podríamos incluso elegir alguna escena de la historia del Pokemon Coliseum; sin embargo, hemos optado por seleccionar una escena de la primera película de Pokemon. La temática de la escena que proponemos hoy se aleja bastante de la última entrega de esta sección. Aquí nos tocará llorar. Y para todos los que hayan vivido Pokemon desde su niñez les pasará algo similar.

Os ponemos en situación: Estamos prácticamente en el final del largometraje; Mewtwo está obligando a los pokemon clonados a luchar contra los originales de los entrenadores. Sin embargo, hay un pokemon que se niega a combatir: efectivamente, es Pikachu. Tras un combate múltiple que dura siglos el cual deja a todos los pokemon exhaustos, llega el momento decisivo. Mientras Mewtwo y Mew están peleando a muerte; Ash, que ve todo lo que Mewtwo ha hecho con todos los pokemon, decide parar la pelea de raíz, interponiéndose entre los dos ataques de ambos pokemon. ¿Resultado? El pobre Ash se convierte en piedra dejando a todos los allí presentes helados.


El único que parece no querer entender lo que está sucediendo es Pikachu que intenta por todos los medios reavivar a su compañero. El momento de Pikachu lanzando rayos incansablemente a Ash es inenarrable. Con el corazón en un puño y lágrimas en los ojos me quedo cada vez que presencio la escena. Cuando por fin parece que Pikachu ha entendido que el corazón de Ash ha dejado de latir para siempre, se para. Y mira fijamente a su compañero de roca mientras los ojos se le llenan de lágrimas. 

Es entonces cuando ocurre el milagro: todos los pokemon, originales y clones, empiezan a llorar la muerte del joven de pueblo Paleta. Las lágrimas, mágicamente, se dirigen al cuerpo de Ash. Todos los presentes presencian la escena incrédulos. Ash parece que va a vivir. Pero falta una lágrima fundamental, la que complementa su corazón. Será Pikachu quien deje caer la lágrima final para que Ash vuelva a la vida. Toda la escena esta impregnada de una música instrumental digna del Oscar. Es preciosa. Y muy muy toca fibras.

 Escena Muerte y Resurrección de Ash.
Pokemon, la Película.

NOS LEEMOS GANDULES!!!

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